De la ridiculización de políticos al esparcimiento, a los juegos de diversión e ingenio, de la ilustración a la crítica, de la denuncia social al anuncio publicitario y la propaganda política, de la reflexión a la risa franca y abierta, del homenaje a la descalificación, de la actualidad inmediata a lo perdurable, de lo banal a lo trascendental... Los temas y funciones del humor gráfico costarricense han sido múltiples y heterogéneos. En la prensa escrita, en revistas o sitios en Internet, en exposiciones y certámenes, en textos fijos o en moviemiento, con lenguajes diversos... Ha dado cuenta del acontecer nacional y ha participado en la confirmación de la identidad costarricense y de las identidades culturales.
Ana Sánchez Molina es catedrática de la Universidad Nacional de Costa Rica. Con una maestría en Literatura Latinoamericana, en los últimos años se ha dedicado a estudiar, con base en la semiótica, otras producciones culturales y artísticas. Ha publicado los libros Alejo Carpentier: cronista mayor de Indias de la época contemporánea (1977) y Caricaura y prensa nacional (2002), además de numerosos artículos en revistas especializadas y de difusión cultural. A través de su docencia, su objetivo es aproximar la realidad nacional a los estudiantes universitarios, a partir de la caricatura y sus subgéneros.